La congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos (Amigonianos) constituye el Equipo de Titularidad de los Colegios Amigó con el objetivo de unificar la gestión de sus centros educativos, promover la acción evangelizadora y garantizar la misión carismática que hasta ahora los ha caracterizado. Es una iniciativa más que en la historia de esta familia carismática la ha caracterizado en la Iglesia y en la sociedad como promotora de misericordia a la niñez, adolescencia y juventud.
La congregación de religiosos Terciarios Capuchinos (Colegios Amigó) se fundó por el Padre Luis Amigó el 12 de abril de 1889 en Massamagrell y su primer lugar de residencia la Cartuja del Ara Cristi en El Puig. El 31 de octubre de ese año llegan a Torrent al Convento de Monte Sión donde además de dedicarse al culto, visitan a los presos de la Cárcel que estaban en la torre y abren una escuela para los niños pobres del pueblo. El 24 de octubre de 1890 llegan los religiosos a Santa Rita en Madrid para estar con jóvenes en dificultad.
El equipo de titularidad de Colegios Amigó tiene la gestión de 7 colegios distribuidos en Andalucía, Comunidad Valenciana, Madrid, Castilla La Mancha y Navarra con más de quinientos trabajadores y casi ocho mil alumnos. Se ha nombrado un Equipo de titularidad que coordinará y gestionará todos los elementos que hacen de estos centros educativos espacios de inclusión y misericordia, asegurando la continuidad de la misión propia de La congregación.
Todas las personas que han pasado por nuestros colegios podrían definir la pedagogía amigoniana como una pedagogía del amor por la presencia del profesor y el amor exigente, por la tolerancia y el respeto, por la atención y el conocimiento personalizado, por el interés y la disponibilidad, por la cercanía y la acogida, por la alegría y el ánimo emprendedor que manifiestan en su relación y trato una gran mayoría de los profesores/educadores amigonianos.
El modelo pedagógico amigoniano propone el desarrollo máximo de todas las facetas, capacidades e intereses de las estudiantes a partir de sus propias convicciones.
Nuestra protectora es Nuestra Madre de los Dolores, Patrona de la Congregación que nos invita a estar cerca de las personas que sufren.
La presencia de nuestra Madre nos llena de ternura y compasión hacia los más vulnerables y nos da la fuerza para mantener la esperanza en los aparentes fracasos y continuar entregándonos.
Formamos parte de la familia Franciscana, por lo tanto, Francisco de Asís nos ayuda a construir un mundo más fraterno donde todos estemos incluidos. Todo con un estilo sencillo y humilde, con tolerancia y perdón, con alegría y esperanza.
La Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos o Amigonianos tiene como misión la intervención socioeducativa de la infancia y de la juventud en exclusión social y sus familias.
Alineado con esta misión el trabajo educativo en los colegios de esta Congregación está basado en una visión positiva de la persona: todo niño es una persona digna, única e irrepetible; con derecho a ser aceptada tal cual es, sin condiciones; a ser querida, respetada y valorada como sujeto de derechos inalienables e inexcusables, entre ellos, el de ser protegido.
En coherencia con ambas, misión y visión, los amigonianos desarrollan su Política de Protección de la Infancia y la Adolescencia, un instrumento inspirado en la defensa y promoción de los derechos del niño que tiene el propósito de incentivar el buen trato hacia los menores y prevenir y condenar toda forma de maltrato.